La mayoría de las mujeres tienen una gran ilusión de convertirse en madres, posiblemente han conquistado ya algunos sueños y anhelan también tener un hijo en sus brazos; a otras, el embarazo puede llegarles de sorpresa y les cuesta asimilar esta nueva situación en su vida, tienen inquietudes y lidian con sentimientos incómodos y se preguntan si es que algo no está bien con ellas. Sabías que la depresión en el embarazo y luego del parto es más común de lo que creemos.
La depresión posparto es la patología materna más frecuente. La sufren al menos una de cada 10 madres en países industrializados, el doble en países en desarrollo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Algunos expertos elevan el porcentaje hasta el 35%, como explica esta nota de El País.
¿Qué pasa conmigo?
“Lo que se suponía debía ser un momento de gran felicidad, se ha convertido en una nube negra en mi vida, estoy esperando un hijo, pero lo que siento es preocupación, desánimo e incapacidad para cuidar al bebé”. Claudia 30 años.
La experiencia del embarazo y el parto para muchas madres se convierte en una etapa en que el miedo, la tristeza, la ansiedad y la dificultad para tomar decisiones se han apropiado de su vida. La energía que se necesitas para cuidarte ha desaparecido.
Durante el embarazo pueden ocurrir algunos cambios:
- En los hábitos del sueño, es decir sentir mucha somnolencia o falta de sueño.
- En el apetito, tener hambre todo el tiempo o dejar de comer, tener aversión a algunos alimentos, o deseos de otros.
- Disminución del deseo sexual.
Estos síntomas pueden confundirse con los cambios normales en esta etapa o con los síntomas de una depresión.
Durante el embarazo es común que cuando vayamos al médico, nos centremos más en la salud física que, en la salud emocional, además que callemos nuestros sentimientos aun por la marca negativa asociada con la depresión. Pero es necesario que tomemos en cuenta los parámetros mencionados y hablemos con el profesional sobre ellos, para que nos guíe a tomar las medidas adecuadas.
Algunas investigaciones apuntan que los episodios depresivos suceden con mayor frecuencia durante el primer y tercer trimestre del embarazo.
Posibles causas de la depresión en esta etapa:
No se puede hablar de una sola causa para la depresión perinatal o post parto, pero existen cuestiones físicas o emocionales que pueden contribuir:
- Cambios físicos: Mayor producción de estrógeno y progesterona que llevan el mensaje a los otros órganos que la mujer está en estado de gravidez. Estos cambios hormonales pueden ocasionar una depresión similar a los que la mujer puede sufrir durante y después de su periodo menstrual. Las hormonas que son originadas en la glándula tiroides pueden disminuir su producción, provocando cansancio, pereza, depresión, problemas para dormir, de concentración, o también aumento de peso.
- Problemas emocionales: Cuando no dormimos las horas suficientes nos sentimos muy agobiadas, los problemas se nos hacen más grandes, aún las pequeñas cosas se nos agigantan y tenemos problemas para manejarlos. Probablemente este muy ansiosa pensando si tendrás la capacidad de brindar los cuidados apropiados al bebe recién nacido.
Tristeza posparto
Se estima que del 50 al 80% de mujeres sufren de lo que se denomina tristeza post parto. Esto implica cambios de estado de ánimo, sentirse angustiada, con deseos de llorar, ansiosa, perder el apetito, falta de sueño.
También pueden venir sentimientos con relación al bebé, tal vez de rechazo, el pensar que no lo amo, que es una carga en mi vida.
Generalmente desaparecen después de unos días del nacimiento del bebé o podrían durar dos semanas luego del parto.
Controlando los síntomas
Es muy importante descansar y dormir bien, debemos aprovechar el tiempo en que el bebé duerme.
- Rodéate de personas positivas, que sumen a tu vida.
- Deja de lado la presión que te has impuesto tu misma, busca ayuda para ciertas tareas. Prioriza las tareas.
- Solicita ayuda a tu pareja, familiares y amigos.
- Comparte con otras madres primerizas tus inquietudes, y encontrarás que otras mujeres también han pasado por lo mismo que tú.
- El ejercicio no debe faltar.
- Cuida tu alimentación.
- Masajea tu vientre y permítete sentir que, dentro de ti, se esta se está desarrollando el milagro de la vida.
Lo más importante
No eres una mala madre o una madre incapaz por pasar por una depresión de este tipo. Buscar ayuda no debe tampoco avergonzarte.
Lo que tenemos que considerar es que todo bebé que llega a este mundo debería tener la oportunidad de tener una madre sana y que toda madre debe tener la oportunidad de disfrutar de su maternidad.
Cuando ese pequeño nace, y con el paso de los días, se entretejerá entre mamá y bebé una relación sólida, que se debe desarrollar y fortalecer a lo largo de la vida.
Las mamás dejamos huellas indelebles en el corazón de los hijos.
Una vez que hayas acunado a tu pequeño en tus brazos por primera vez, tu vida habrá cambiado para siempre.
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