Crianza

Estilos de crianza para educar bien a los hijos

Daniela Vega

Escrito por:

Daniela Vega

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Subido el:

29/11/2023

Actualizado el:

2/2/2024

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Cuando se termina una carrera se obtiene  un título, pero en la crianza de los hijos se recibe  primero el título de “padres”  y luego comienza la carrera.  Al principio podemos creer  que solo se trata de la satisfacción de las necesidades básicas del chiquitín, pero conforme avanzamos nos damos cuenta que tenemos que ir más allá, dar respuesta a sus necesidades emocionales, miedos e inseguridades.  Nos planteamos  la pregunta, ¿Cómo educar bien a los hijos, que estilos de crianza debemos adoptar? Razón por la cual es imperativo llegar a un consenso en pareja sobre la manera de hacerlo, ya que todos los padres queremos hacer  bien nuestro trabajo.

Si  no existe un diálogo sobre este  tema, simplemente cada uno va a tender a repetir la forma como fue criado,  y si consideramos las diferencias abismales que existen entre el uno y el otro, será muy difícil no cometer grandes desaciertos. Debemos reflexionar sobre las cosas buenas que nos brindaron nuestros padres, aunque debamos  dejar de lado lo que no va a sumar. En este tiempo hay acceso a mucha información sobre los diferentes estilos de crianza y tenemos que esforzarnos por conseguir  lo que consideramos lo mejor para las vidas de los hijos. 

 

Cuáles son los estilos de crianza:

Podríamos decir que el estilo  de crianza es la manera  de reaccionar que tienen los padres  en respuesta a   las emociones de sus hijos. Los estilos de crianza pueden manejar o condicionar el comportamiento de los niños, y se basan en dos factores principales: en el interés y la sensibilidad para comprender a sus hijos, y como el niño lo percibe  o el nivel de  exigencia y firmeza  y de cómo es visto por el niño.

Estilo autoritario

Se evidencia un alto nivel de exigencia y firmeza, considerando la sensibilidad y el interés como algo negativo. Se puede llegar al maltrato verbal o físico. Utilizando las humillaciones y castigos como una herramienta para condicionar el comportamiento. El niño o la niña pueden perder la capacidad de desarrollar su autonomía, además de menoscabar su autoestima.

Estilo permisivo

La exigencia no existe o es muy baja.. Se conoce como “ los padres helicópteros” que sobrevuelan sobre los niños para satisfacer todos sus caprichos y no dicen nunca “no”, ofrecen recompensas continuamente, condicionando el comportamiento del niño a un cambio de actitud a corto plazo. Los niños necesitan ciertas pautas para saber cómo actuar.

Estilo negligente

Padres que no asumen su responsabilidad. Tratan de que otra persona, por lo general un pariente, la escuela u otra institución sea quien se encargue. No están ni física ni emocionalmente acompañando a sus hijos, quienes crecen con baja autoestima; lo que producirá que en el futuro no puedan cumplir normas y reglas y grandes dificultades para relacionarse con otras personas.  

Estilo democrático

Encuentra un término medio entre la exigencia y la sensibilidad. Establece una disciplina positiva a largo plazo. Fomenta asertividad y diálogo. Promueve a que el niño sea afectuoso, y generador de buenos sentimientos. Los padres suelen ser consecuentes y acompañan a sus hijos con el ejemplo.

Estos cuatro estilos de crianza generalmente se encuentran entremezclados, sin embargo, conocerlos nos lleva  a  recapacitar y tomar mejores decisiones en cuanto al estilo de crianza para educar bien a los hijos. 

Este gran desafío comienza por los padres, quienes deberán trabajar en sus propias emociones,  crecer en paciencia y empatía, dejar atrás los errores que sus propios  padres pueden haber cometido y comprometerse a buscar   un futuro  mejor para sus  hijos. 

 

“Como flechas en la mano del valiente, así son los hijos…” Salmos 127.4 

El tiro con arco ha existido por milenios y continúa hasta la actualidad como  una actividad entretenida y muy exigente.  Si se practica como deporte, para competir o para cazar,  se necesita saber cómo cargar, apuntar y disparar la flecha en el arco lo cual marcará la diferencia entre un disparo fallido o dar al blanco. 

Si los  hijos son como una flecha que necesita ser disparada hacia un futuro prometedor, deberíamos preguntarnos a que  qué futuro les estamos  enviando ¿Si no tienen un presente no podrán tener un  futuro? Más que nunca en este tiempo hemos experimentado la fragilidad del ser humano, que, lo único seguro es el cambio y lo debemos aprender  a vivir un día a la vez y saborear el gusto del  presente. Debemos aprender a ser flexibles para no quebrarnos, a ser  tolerantes al cambio,  a desarrollar la capacidad para  improvisar,  y la resiliencia para reinventarse. 

Es decir, la perspectiva ha cambiado también en el estilo de crianza para educar a los hijos, la vida cambió, la niñez no necesita ser llenada siempre con actividades extracurriculares, es el tiempo de jugar y disfrutar; esos momentos de “no hacer nada” , aunque a los padres más exigentes les pone los pelos de punta, es un tiempo valioso, ya que en el aburrimiento nace la creatividad y se desarrollan las ideas. 

Los primeros años de su vida son el cimiento fundamental para la vida entera. Criar hijos  estables, desarrollar su inteligencia emocional, considerar  que criar y educar van  más allá de adoctrinar,  conocer al hijo tan íntimamente que podamos coadyuvar en el desarrollo de  sus propios talentos  y  aptitudes,  despertar en ellos las  ganas de aprender  y desarrollar optimismo por la vida son los ladrillos que construirán ese pilar  fuerte y estable. 

Cuando hablamos de desarrollar la inteligencia emocional de los niños, y de que en el futuro puedan ser personas estables, no podemos dejar de lado la importancia de validar sus emociones y enseñar a canalizarlas. Como padres solemos reprimir a los hijos ante la tristeza, el enojo, el miedo, y aun hasta sus demostraciones de felicidad. 

Sin percatarnos, enseñamos a los niños que demostrar sus emociones no es lo correcto, provocando retraimiento, somatización, o ansiedad. Lo que podemos hacer es ayudarles para que la expresión de sus emociones sea  equilibrada. 

Recuerda que somos los mejores padres que nuestro hijo pudiera tener, así como él o ella es el mejor  hijo para nosotros, así que ámalo incondicionalmente,  a este hijo que tenemos y no al que desearíamos tener. 

Establecer un vínculo profundo e indestructible, moldeado en el respeto y amor incondicional. Acompañar en la crianza  con serenidad, encontrando el equilibrio perfecto entre la sobreprotección y la permisividad; modelando en sus tiernas vidas con nuestra propia conducta, ayudará el que esas flechas lanzadas al futuro por manos  valientes lleguen al blanco y no caigan al suelo quebradas e inútiles.  

 

Un poco de tecnología en la crianza

El acceso a la tecnología a los niños en la crianza no es buena idea. De hecho, en el mismo Silicon Valley, cuna tecnológica del mundo, los padres -muchos fundadores de empresas tecnológicas- prefieren que sus hijos tengan acceso a celulares después de los 12 años. Lo que tu decidas está bien, pero es importante que tu hijo no tenga acceso a pantallas a la hora de dormir, ya que la luz azul de este dispositivo móvil afecta la calidad del sueño. Sin importar tu estilo de crianza, descargar Storybook app te ayudará a construir una rutina de sueño con masajes infantiles y cuentos que te ayudará a conectar mejor con tu hijo y establecer ese hábito de dormir a una hora específica y tu pequeño sentirá que ese momento antes de dormir es su lugar seguro. Solo necesitas la app y ahí encontrarás el tipo de masaje que debes hacerle para cada ocasión con más de 60 cuentos infantiles que le darán enseñanzas únicas. 

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